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Vida Contemplativa

En mi caminar con el Señor me he dado cuenta que hay dos formas de vivir la vida cristiana. Una de una forma hiperactiva y otra de una forma contemplativa. En la biblia hay dos mujeres que ilustran estos dos tipos de vida. Una de ellas se llamaba Marta, la cual era una mujer de fe, pero se distinguía por vivir afanada. María, su hermana, era una mujer de fe también, pero se distinguía por vivir enamorada de Dios.  

Marta ilustra a aquellos que somos hiperactivos. Los hiperactivos tienen un gran sentido de responsabilidad y compromiso. Les gusta demostrar el amor con hechos más que con palabras. No obstante, si no monitoreamos bien ese sentido de responsabilidad, puede llevarnos a un estado de ansiedad. Podemos vivir tan afanados que perdemos el sentido de aprecio, la alegría de la vida, pero sobre todo perdemos la fuente de nuestra vida, la cual es nuestra intimidad con Dios.

Es por eso por lo que siempre debemos de tener un respiro, una santa pausa, un Selah espiritual. Donde podemos desintoxicar la mente, descansar el corazón, sanar nuestras emociones, pero sobre todo tener comunión con Cristo. 

Así que te pido que en este momento puedas respirar profundamente y escuchar la historia y el consejo de Dios para una mujer que vivía sobre actividad y ansiedad.  Esta historia se encuentra en  Lucas 10:38-42. Por favor escucha con atención cada palabra y escucha la voz del Espíritu Santo que te quiere hablar: 

“Jesús y sus discípulos llegaron a cierta aldea donde una mujer llamada Marta los recibió en su casa. Su hermana María se sentó a los pies del Señor a escuchar sus enseñanzas, pero Marta estaba distraída con los preparativos para la gran cena. Entonces se acercó a Jesús y le dijo:—Maestro, ¿no te parece injusto que mi hermana esté aquí sentada mientras yo hago todo el trabajo? Dile que venga a ayudarme. El Señor le dijo: —Mi apreciada Marta, ¡estás preocupada y tan inquieta con todos los detalles! Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitará”.

Según la Biblia, Marta era la hermana mayor y por ende la persona responsable de la casa. Ante la visita de Jesus, como buena ama de casa, 

Marta le invita a quedarse. Esto da a entender que Marta era la hermana mayor y la persona de autoridad en la casa. Es más, su nombre significa “la señora de la casa”.  Jesús en ningún momento condena a Marta por su servicio, sino que la quiere sanar de un estado de preocupación, distracción, enojo, afán y ansiedad. Jesús le quiere mostrar a Marta que la prioridad de su vida no es cumplir con las expectativas de otros, sino con las de Dios. Jesús espera que nuestra relación con él sea una prioridad en nuestra vida. Jesús prefiere nuestra intimidad con el que nuestra actividad para él. 

Te hago una pregunta ¿eres tú un cristiano hiperactivo o contemplativo? ¿Eres dado a la preocupación o a la reflexión? ¿Eres considerado un buen trabajador al igual que un buen adorador?  ¿Eres una Marta o una María?  Piensa esto y medita. Quizás escuches la voz del Maestro diciendo:  “Sal de la cocina de la hiperactividad a la sala de la intimidad con Dios”.

Oración:

Señor ayúdame a deleitarme en ti. Ayúdame a hacer de mi relación contigo la prioridad número uno de mi vida. Perdóname porque me afano tanto en cosas que tu me has pedido. Perdóname correr a todos lados menos al altar. Quiero ser como María, quiero adorarte a tus pies y deleitarme en tu presencia.  Tu presencia es la prioridad de mi vida. Amen”. 

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